Desde los 18 años, Mathilde ha sufrido una erupción solar crónica. Era tan grave que después de unas pequeñas y desagradables vacaciones en el sol, decidió abandonarlas. Esto sucedió hasta que le aconsejaron que probara protección solar dermatológica que filtraba la radiación UVA y UVB.
Contexto
Mathilde, ¿Cuáles eran las circunstancias que rodeaban a tu erupción solar?
Siempre he pasado las vacaciones en la casa de mis padres en la playa. Un verano, cuando tenía 18 años, aparecieron pequeñas manchas marrones en el escote, en los antebrazos y en los hombros, acompañadas de una molesta picazón. Pensé que estaba teniendo una reacción al sol. Asíque esperé a que las manchas desaparecieran y continué disfrutando del sol el resto del verano.
Síntomas
¿Los síntomas desaparecieron con el tiempo?
Realmente no… ¡empeoraron! Siempre aprovecho los primeros rayos de sol cuando hay buen tiempo porque me encanta el sol. Cada vez que estaba bajo el sol, la reacción aparecía con más rapidez y era más grave ¡con más granos y picazón cada vez! Terminé diciéndome a mí misma que mi piel no podía soportar más el sol y que debía alejarme de él para bien.
La solución
¿No encontraste una solución?
De hecho, estuve en una discusión de grupo online. Otra usuaria de Internet me comentó que ella había tenido el mismo problema que yo: al parecer se llamaba erupción solar. Me dijo que fuera a ver al dermatólogo. Asique concreté una cita y me recomendó una protección solar de 50 SPF adecuada, de una farmacia. ¡Por el momento ha ido todo bien durante dos años! (¡Incluso si no me tuesto al sol durante todo el día!!!) En cualquier caso, después de años de alergias, ¡puedo volver al sol por fin!